Política Económica
Con el inicio del presente siglo, la crisis económica que afectó a Estados Unidos, nuestro mayor socio comercial, redujo las perspectivas de crecimiento de México.
El sexenio comenzó con la
contracción anualizada de 0.17% del PIB en 2001 y, a lo largo de su periodo, se
registró un modesto crecimiento anual (1.9% promedio), así como un ligero
repunte del desempleo. Dicha situación resulta cuestionable, sí, además, se
considera que a partir de 2002 los precios internacionales del petróleo
alcanzaron altos niveles jamás antes vistos, desde entonces con ingresos
extraordinarios, que no se reflejaron en el repunte de la actividad y el
crecimiento económico nacional.
Durante dicho sexenio el
crecimiento económico fue muy limitado, la política fiscal y monetaria permitió
alcanzar la mayor estabilidad financiera de las décadas recientes.
Durante un sexenio, la política
económica puede abarcar una amplia gama de medidas y estrategias diseñadas para
influir en diversos aspectos de la economía, como el crecimiento económico, la
estabilidad de precios, el empleo, la distribución del ingreso, entre otros.
Estas políticas pueden incluir reformas estructurales, cambios en la regulación
económica, decisiones fiscales y monetarias, programas de inversión pública,
políticas comerciales, entre otras.
El objetivo principal de la
política económica durante un sexenio suele ser promover el desarrollo
económico y social del país, así como asegurar la estabilidad y el bienestar de
la población. Sin embargo, la efectividad y los resultados de estas políticas
pueden variar según el contexto económico, político y social en el que se
implementen, así como la visión y prioridades del gobierno en turno.
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